20 de noviembre de 2007

Una fórmula Sencilla

Recuerdo que en la universidad hace algunos años, cuando cursaba Introducción a la Contabilidad (esto vino a mi memoria gracias a un programa radial que escuchaba el día de hoy), nos enseñaron una “formulita” que básicamente, podría decirse, soporta el ejercicio y práctica de la Contabilidad:

A= P + C (Activo= Pasivo + Capital)

Recordar esto y el hecho de haber estado hablando con un amigo sobre “el amor y otros demonios” me hizo pensar que la fórmula del amor debe ser un tanto parecida, lo que quiere decir que no es nada complicada. Creo que sería más o menos así: Amor =Pasión + Comprensión.

Claro, que es más fácil decirlo que ponerlo en práctica, pues si abusamos de cualquiera de los ingredientes de esta “fórmula mágica” podríamos tener una reacción inversa a nuestros deseos. Y es que en contabilidad también existe una regla muy sencilla, que vendría a aclarar este punto “Los Activos se deprecian por: Uso (mal Uso, diría yo, en el caso que nos ocupa); Desuso; o Abuso de su uso”. La cuestión está en darle a la formula, la dosis adecuada de cada componente en el momento justo.

Por supuesto que yo soy la primera convencida, por experiencia propia (lamentablemente, no todo puede aprenderse en cabeza ajena) de que las recetas mágicas no existen, hacen falta unos pocos ingredientes más que Pasión y Comprensión, tienen que entrar al caldero: el respeto, la tolerancia, la paciencia, la sinceridad, la fidelidad, la comunicación, la honestidad, la ternura y la perseverancia. No existe orden de importancia, sólo se necesita un buen asesor, Dios.

2 comentarios:

Demetrix dijo...

Con todos los ingredientes que mencionas en su medida justa, y un par de buenos cocineros, de seguro que la formula del amor quedara lo mas perfecta posible.

Jaire Maria dijo...

si, un par de buenos cocineros...